lunes, 2 de marzo de 2015

Asador/ Hostal con servicio de compañia GURE KAIOLA


Despues de un largo dia de fiesta en el que Mauro se vio en la necesidad de cargar su movil por los portales decidimos ir a unos lugares abandonados que mauro vió de camino a Durango y que con mucha motivación nos lo hizo saber.
Ya era el momento de la partida, eran las 10 de la noche y Alex estaba conduciendo hacia mi casa para recogerme, asi que me puse ropa cutre que poder manchar, cené todo lo que pude y me subí en su coche. El siguiente paso era recoger a Mauro.
Mauro nos hizo esperar un rato pues estaba viendo un capítulo de The walking dead mientras cenaba
A la media hora bajo y nos montamos en su coche ya no habia nada mas que hacer solo seguir con rumbo fijo hacia la penumbra, la oscuridad y las ruinas. Pero mi tripa y la de Alex tenian muy claro que el destino era otro, Burger King
Por desgracia estaba cerrado, asi que dimos una penosa vuelta y ya finalmente estabamos en camino al puticlub, la gasolinera y la fabrica abandonada.

Mauro pregunto que a donde podiamos ir primero a lo que Alex respondio que le daba igual y yo dije que un puticlub abandonado me parecia algo muy interesante, asi que nos dirigimos allí.
Nos bajamos del coche ya casi en tensión por escuchar el ladrido de un perro como en todas nuestras aventuras, pero gracias a Dios nada sonó.
He de decir que desde niño tengo miedo a los perros y siempre que vamos a sitios abandonados y se olle un perro ladrando entre la oscuridad entro en pánico y corro.


Aunque hace unos días lo pensamos friamente y decidimos que ni yo ni ninguno correríamos, que lo que haríamos sería quedarnos quietos y observar que estaba pasando, de donde venía el sonido de advertencia del perro y en caso de que se abalanzara sobre nosotros, intentariamos retenerlo o luchar contra el.
Al principio me dió miedo imaginar que esto pudiera llegar a pasar, pero a los pocos segundos este miedo se tornó en una especie de morbo que me iba acariciando por debajo de la piel. Era una aventura super emocionante, como en un videojuego, una lucha estrategica contra el malo en la que la adrenalina y la tensión envuelven cada instante.
Con la confianza de que no había ningún perro merodeando nos dirigimos confiados hacia la entrada principal del hostal, subimos unas pocas escaleras de piedra medio rotas en las que habían crecido matojos de anis y ya estabamos de frente a la puerta. Esta vez fue fácil entrar, tenía un agujero tan grande que ocupaba practicamente desde la mitad de altura de la puerta hasta el suelo, asi que pasamos sin esfuerzo. Una vez dentro había un pequeño hall en el que a la derecha tenía una ventana de información.

Nos fuimos hacia la izquierda por un pasillo y llegamos a lo que parecía ser la sala principal, que estaba dividida en dos salas separadas mediante una especie de estantería donde parece ser ponían botellas. Aunque quizás esas dos botellas que quedaban, fueran de algún mendigo que hizo de este lugar su hábitat por un determinado tiempo
Pegado a esta sala habia unos baños y algunas cosas se conservan en muy buen estado, como espejos, azulejos, detectores de humo, enchufes...








Rápidamente salimos de los baños pues tampoco nos interesaban demasiado, atravesamos en dirección al extremo contrario del que veníamos y dimos a parar a una especie de discoteca, en el que todas las paredes eran espejos, pensamos que sería una especie de sala de striptease, parecia

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